No creo en el destino. No creo que las cosas se den por algo. Creo en la sencillez de las cosas.
Somos formas complejas, formadas por cosas tan simples que nos generan un vacío en el estómago. Y lo más trascendental e impensable para nosotros, como es el ser y el no ser, es tan simple. Ser y no ser.
No creo en las responsabilidades cósmicas; nada es casualidad, pero hay causalidades raras, sin duda. En cualquier caso, si personalizamos la vida, merece mencionar que tiene un sentido del humor bastante irónico.
Es como...
-¿¿¿Vida, vos me estas jodiendo???
Y ta.
A los que volvieron a la parte sencilla del universo esta última semana, un brindis.
Me gusta pensar que cuando la gente muere, mientras su cuerpo se descompone, su vitalidad se transforma en energía que puede manifestarse como una brisa, un armónico, una estelita de luz.
No sé; pero es lindo pensarlo.
Y a los que quedaron acá, un abrazo apretado.
Matias tiene razón con lo de creer en Dios.
ResponderEliminarYo tampoco creo en el destino (?), o por lo menos estos días no creo que si estas cosas pasaron son por algo (ese "algo" del más allá, ese "algo" desconocido que suena a "algo que nos va a venir bien"), pienso que es una mierda que hayan pasado, pienso que no tendrían que haber pasado y listo. Me molesta tanto tanto que no haya nada que hacer.
Yo brindo por un algo positivo para los que se fueron estos días y por un algo positivo para los que quedaron acá, con el sabido sufrimiento que eso implica.
Y a vos te lleno de abrazos, de acá para siempre.
Yo elegí no creer en el destino, pese a que a veces la vida pareciera empeñada en llevarnos de los pelos hacia un punto definido. Con relación al destino de las almas, prefiero pensar en la reencarnación. Gusto en conocerte!
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