viernes

Fúbol

1
(Un poco de auto-biografia)
Yo, durante mi niñez, fui hincha. Muy hincha, fanática.
Me sabía los jugadores de Nacional de memoria, miraba todas las fechas, iba al estadio y los reconocía de lejos. Aún recuerdo la maravillosa sensación que sentí cuado entre por primera vez al Centenario y vi expanderse ante mí el campo verde y las tribunas.

Después crecí, me llegó la conciencia social, fútbol=opio de los pueblos, el fútbol se puso más violento que nunca, aprendí a detestar con toda mi alma a los enfermitos barrasbravas
y abandoné mis hábitos de hincha de Nacional por otros más sanos como ser jipi y fumar porro en la plaza de disco y, a su vez, el mundo color de rosas del amor me hizo olvidar por un buen tiempo la vil y terrenal vida del fútbol.

Pero el hincha es como las hormigas que asaltan la cocina de mi casa, duro de matar.
Ahora mis energías hinchisticas se acumulan a lo largo de campeonatos uruguayos que miro indiferentemente y las largo cuando juegan estos pelotudos de camiseta celeste.

(Aaah, [suspiro] no hay con que darle.)




2
(Parte cultural)





«Todos los uruguayos nacemos gritando gol y por eso hay tanto
ruido en las maternidades, hay un estrépito tremendo. Yo quise ser jugador de fútbol como todos los niños uruguayos. Jugaba de ocho y me fue muy mal porque siempre fui un pata dura terrible. La pelota y yo nunca pudimos entendernos, fue un caso de amor no correspondido. También era un desastre en otro sentido: cuando los rivales hacían una linda jugada yo iba y los felicitaba, lo cual es un pecado imperdonable para las reglas del fútbol moderno.» Eduardo Galeano




("El futbol a sol y sombra":
si les gusta el fútbol y los libros recomendabilisimo; sino les gusta ni el fútbol ni los libros, recomendabilisimo también)





Susukibird (
celeste pero sin la s)

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